¿Tienes un espíritu aventurero y cada vez que miras una foto de montañas imponentes, playas paradisíacas o ruinas de ciudades legendarias te entran unas ganas enormes de salir corriendo al aeropuerto?
Si la respuesta es afirmativa, creo que tenemos algo en común.
Yo sentí la fascinación por viajar mucho antes de hacerme vegana y aunque nunca he sido de las personas que prueban todo lo exótico que se le pone por delante, sí me gustaba probar las comidas locales.
Mis experiencias culinarias han cambiado un poco pues ahora conlleva un poco más de imaginación; si no logro encontrar platos locales en su versión vegana se podría pensar que esa parte del vivir el viaje está incompleta pero para mí es todo lo contrario porque me hace descubrir muchas otras cosas a las que quizá no les habría puesto atención de otro modo. Pero si bien es cierto que en cuanto a comidas locales se vea un poco reducida, eso no quiere decir que no disfrute de comidas absolutamente deliciosas.
Viajar nos abre las puertas a un mundo de posibilidades, y al mismo tiempo a eventos inesperados siendo o no veganos.
Por mucho tiempo que llevemos planeando un viaje siempre cabe la posibilidad de que las cosas no salgan tal como lo habíamos pensado.
Estoy segurísima de que en más de una ocasión te ha pasado que vas a un lugar e intentas explicar que eres vegano y que no consumes esto o aquello; sólo para que la otra persona te diga que en ese caso te puede ofrecer pollo o pescado.
¿O que tal cuando te dicen que están «casi» seguros que la comida es vegana pero tu viste que incluye mayonesa?
¿O que en la sopa de vegetales usaron caldo de res?… Horror!!
Para ser un viajero vegano hay que tener siempre un As bajo la manga.
Irse de viaja implica un poco de planificación, pero cuando no tienes ninguna restricción en cuanto a comida en realidad es lo último en lo que te fijas. Puedes parar a comer en cualquier lugar y probar prácticamente lo que sea, a menos que por gustos personales o temas de alergias tengas ciertas limitantes.
Al ser vegano este es un punto importantísimo en la organización y cabe resaltar que una buena investigación puede llegar a cambiar drásticamente tu experiencia en ese lugar.
Si eres vegano y te gusta viajar entonces espero que este artículo sea de tu ayuda.
Debajo algunas de los retos o barreras que he encontrado en el camino y métodos que me han ayudado para que mis viajes sean más cómodos y libres de estrés o incomodidades.
BARRERAS CULTURALES O SOCIALES
Pongamos este ejemplo; te has ido de viaje y te estás hospedando en casa de algún amigo, familiar o conocido en su país natal.
Les has explicado que eres vegano y lo que significa, pero te ven como un ser extraño que ha venido de otro planeta pues quizá es un concepto totalmente nuevo para ellos. Sin embargo, ¡no hay problema!
Te ofrecen un plato que sólo tiene vegetales: es una sopa de vegetales; pero cuando la pruebas sientes un sabor adicional que no se siente muy vegetal que digamos.
Ves que todos en la casa de tu anfitrión están comiendo la misma sopa, pero en su caso contiene trozos de carne, entonces entras en pánico.
¿Pero qué ha pasado? si has dicho que no comes nada de origen animal o que contenga carne, pollo, pescado etc.!!!
-«¡No te preocupes!» te dicen tus anfitriones
-«Te hemos servido solamente el caldo con los vegetales sin nada de la carne.»
Sé que de seguro a algunos les puede haber pasado, y el sentimiento de sentirse engañado y poco entendido es frustrante y decepcionante.
Y si no te ha pasado, felicidades! espero que nunca te toque vivirlo.
¿Cómo afrontarlo?
El ejemplo anterior no me ha pasado a mí sino a alguien conocido. Pero a mí también me han pasado cosas similares en restaurantes o reuniones sociales y es sólo una de muchas barreras sociales o ideológicas que podemos encontrar.
Como por ejemplo:
- Cuando nos dicen – » Ah, pero si nada más son unos pedacitos de jamón en el arroz, se los puedes sacar…»
- Cuando el pescado, salsa de otras o el pulpo crecen en los árboles en ese universo paralelo que yo aun no conozco y se consideran aptos para veganos y los colocan en un menú que dice » PLATOS VEGETARIANOS/VEGANOS».
- Cuando dices que no comes carne porque eres vegano/ vegetariano y te ofrecen pollo.
- Cuando vas a un restaurante y preguntas qué opciones vegetarianas tienen y te responden que ensalada (de lechuga y tomate pero el único aderezo que tienen es a base de mayonesa entonces sólo te puedes comer la lechuga y el tomate así no más, quizá tengas algo de suerte y vendan papas fritas para acompañar #KillMeNow)
- Que te digan “Solamente es tantito queso, no es para tanto. Lo puedes mover aparte”
No les voy a decir que simplemente no confíen en nadie porque entonces viviríamos desolados y sin contacto absoluto con la sociedad, pero lo cierto es que por más cuidadosos que seamos siempre existe la posibilidad de que sucedan trastadas como estas y situaciones incómodas o frustrantes.
A muchas personas les cuesta mucho entender cómo puede existir alguien que no coma carne, o leche o huevos; o que simplemente no utilice nada de procedencia animal. Si eso es lo más normal del mundo.
Automáticamente salen a relucir las preocupaciones por nuestra salud y si estamos consumiendo la cantidad de nutrientes necesarios o que esa es la función de los animales en la tierra y es la ley de la vida, cadena alimenticia y bla bla bla. Cosas que ya todos hemos escuchado y conocemos muy bien.
Vivimos en una sociedad que gira en torno al uso de animales para casi todo y aunque cada vez más personas están haciendo la conexión, quizá siempre va a existir cierto desconocimiento por parte de un gran porcentaje de la población.
Primero que todo, hay que tratar de tomarlo con paciencia (aunque a veces sea difícil) e intentar no sentirnos mal con nosotros mismos si por error hemos comido algo sin saber.
Yo he optado por tratar siempre de tener un plan de contingencia y suelo llevar mi propia comida, a menos que vaya donde una persona que sí estoy segura conoce todos los detalles de qué productos son aptos para que yo consuma o no.
Si es posible, sería muy bueno tener acceso a la cocina para preparar mis propias cosas y así no incomodar al anfitrión en hacer algo extra para mí.
Para que tu anfitrión no se sienta rechazado es buena idea tratar de involucrarlos, ¿así que por qué no te ofreces a ayudar en la cocina preparando la comida?
Haz algo que conozcas y compártelo con los demás para que lo degusten, de ese modo también aprovechas para explicar un poco acerca de tu decisión y estilo de vida, qué involucra y las ricas cosas que se pueden comer para que así ellos tengan un poco más de ideas del tipo de cosas que un vegano come.
En muchas ocasiones las personas sinceramente no tienen ni idea, en lugar de alterarnos es mejor usar la oportunidad para educar y que conozcan un aspecto nuevo de nuestro estilo de vida, que quizá hasta les puede terminar interesando.
IDIOMA
Las barreras de idioma imponen un reto porque puedes estar en un supermercado con cientos de productos, pero no tienes ni la más remota idea de lo que dice la lista de ingredientes, o vas a un mercado y observas que tienen varios snacks que en apariencia se notan seguros y de origen vegetal, pero explicarle al que atiende o consultarle por la composición de la salsa o el aderezo se torna un poco complicado al no dominar el lenguaje.
Cómo afrontarlo:
Ya sé que no todo el mundo tiene la posibilidad de aprender finlandés, tailandés o swahili al prepararse para un viaje.
Siempre es bueno conocer algunas frases básicas, pero de ahí a que seas capaz de preguntarle al mesero que te explique el procedimiento exacto y el origen del aderezo de tu ensalada como harías en tu idioma local pues está un tanto retador.
Lo que sí podemos hacer es investigar acerca de la comida local y ver qué platillos son usualmente veganos, unirnos a grupos de veganos que viven en dicha ciudad o país y pedir recomendaciones de dónde podemos encontrar opciones de comida.
Debemos familiarizarnos con las frases esenciales que nos ayudarán a explicar nuestro estilo de vida y requerimientos dietéticos en el idioma local.
Puedes imprimir tarjetitas que indiquen que no comes ningún tipo de producto animal incluyendo lácteos, huevos, miel, pescado, etc. Para esto, existen aplicaciones que te permiten descargar las frases básicas en diferentes idiomas.
En el enlance que dejo al final de este post voy a incluir una guía completa de dónde puedes descargar estos recursos.
Adicional, los grupos de Facebook también te pueden ayudar en caso de traducciones, o ¿porque no incluso quedar para salir a comer algún día con un local que domine el idioma del lugar?
Apóyate en Google translate si necesitas leer ingredientes de productos- puedes descargar el diccionario para poder usarlo sin conexión y cuentas con la opción de tomar fotos para obtener las traducciones.
Incluso existen aplicaciones de voz con las que puedes – de forma muy rudimentaria, pero quizá efectiva- establecer una conversación con alguien para aclarar un poco más tus dudas.
HAY PRODUCTOS ANIMALES HASTA DONDE UNO NO SE IMAGINA
Uno de los retos más difíciles es cuando te encuentras que en varios lugares hasta a las ensaladas les ponen tocino. O platillos que deberían considerarse 100 % aptos para veganos son ultrajados porque se les agrega carne, leche, o huevos.
Sopas que sólo llevan vegetales pero que se hacen a base de caldo de pescado, rollos de primavera que llevan pollo, frutas a las que les agregan cera de abeja para que brillen, o cereales con vitamina D añadida de origen animal, entre otras similitudes que nos pueden hacer sentir en la completa desolación.
Cómo afrontarlo:
He descubierto que una de las mejores formas de afrontar este reto es una buena planificación e investigación intensiva del lugar a donde vas y qué tan vegan-friendly puede ser. Por ejemplo, para mi viaje a Japón descubrí que el pescado es uno de los ingredientes predilectos de la cocina y está presente en ¡muchísimas cosas! salsas, sopas, galletas, condimentos. De igual manera otros productos que parecerían inofensivos, como la leche de soya, en algunos casos puede contener aditivos de origen animal o incluso leche de vaca.
Es importante buscar fuentes confiables de información, por ejemplo, a través de grupos veganos ya establecidos. Estos grupos ya cuentan con muchos datos de cómo llevar una vida vegana en ese lugar, dónde comprar ingredientes y productos y qué cosas son seguras o no para consumir.
Si tienes alguna duda, consulta con los expertos. Trata de visitar lugares que ya han sido (por así decirlo) aprobados por otros veganos del lugar. Y como siempre -súper, súper importante- nunca olvides contar con un plan de contingencia.
Una visita al mercado siempre sienta bien para comprar frutas y vegetales frescos.
Generalmente las comidas ya preparadas o cualquier cosa con salsas y aderezos tienen una mayor tendencia de contener algún tipo de ingrediente del que no conocemos su origen. Si no estás muy seguro de la composición de algo entonces opta por pedir platos sencillos o apóyate en ingredientes o comidas lo menos procesadas posibles.
He creado una Guía Esencial para Viajeros Veganos con ésta y mucha más información, tips y recursos de viaje súper útiles para todos nosotros que deseamos viajar manteniendo nuestros principios.
Lo mejor de todo es que es completamente gratis como un regalo para mis suscriptores. Solamente debes darle click a la imagen de abajo.
¿Y tú? ¿Qué otras circunstancias consideras podrían ser un reto al viajar y qué crees se podría hacer para mejorarlo?
¡Comparte tus comentarios, inquietudes o consejos!
Muy buen post!
Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado 😁